Lo qué cuenta: Viaje autobiográfico a la infancia donde trascurre una bella historia de amor (lésbico) y desamor (platónico), un drama familiar (entre el propio Maddin y su extravagante familia) y una fábula de llena de misterio y terror (los experimentos del padre con los huérfanos, vampirizándolos para conseguir el elixir de la eterna juventud). Cómo lo cuenta: Guy Maddin es algo así como un Tarantino con otros referentes cinéfilos. En el caso de Brad upon the brain!, el cine silente (el montaje de la escuela rusa, la visión poética de la naturaleza de Flaherty, el expresionismo alemán, los seriales franceses) y el cine de terror de la Universal (sobre todo el Frankenstein de Whale). Maddin mezcla todos esos referentes para dar significado a una historia por medio de un montaje eisensteniano, la evocadora voice over de Isabella Rosellini, un expresivo uso de la música, y unas texturas fotográficas, en blanco y negro y super 8, de una gran fuerza poética, romántica, surrealista, y de una belleza arrebatadora.
Lo mejor: La capacidad de Maddin para crear un discurso personal por medios de reconocibles materiales ajenos.
Lo peor: Nada
Momentazo: La secuencia del bosque. Mágica.
En una palabra: Deslumbrante
Valoración: 10 /10 *****
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