
Lo qué cuenta: Historia de ecos buñuelianos, en ambientes cerrados y opresivos, con personajes perturbados emocionalmente y con problemas para relacionarse entre ellos, que apenas funciona dramáticamente.
Cómo lo cuenta: Laurent Achard intenta crear una atmósfera malsana y misteriosa, llena de imágenes simbólicas, pero naufraga estrepitosamente en el intento.
Lo mejor: El niño. Todo un acierto de casting.
Lo peor: El previsible final. Pretende sorprender e impactar. No lo consigue.
Momentazo: La forma tan particular de correr que tiene el niño protagonista.
En una palabra: Desastrosa
Valoración: 1 /10 *
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